NECESITAMOS HÉROES SIN CAPA

En medio de toda dificultad o punto de quiebre, siempre hay dos opciones: No hacer nada, o tomar acción y aprender del proceso.
- En medio de los problema del niño costero, los Peruanos nos unimos y aprendimos que podemos ser “héroes sin capa” realizando actos de bondad dignos de imitar y mantener.
- En mitad de una eliminatoria, 11 jugadores nos enseñaron que el sentido de equipo, disciplina y creérsela te puede llevar a cumplir el sueño postergado por más de 30 millones y 36 años.
Dos ejemplos de resiliencia, donde aprendimos de un proceso difícil y salimos fortalecidos despertando nuestro lado generoso y sentido de equipo. Lastimosamente, si una conducta aprendida no se practica, se disipa o se pierde, no quedando anclada en nuestra esencia. De igual forma, la necesidad de cambiar nuestros lentes frente a una dificultad es importante: mirar solo lo negativo o apreciar y agradecer la oportunidad de aprendizaje que puedes rescatar de una situación complicada. Frente a las situaciones que estamos viviendo y el futuro incierto que tendrá nuestra país en los próximo meses, es donde no podemos quedarnos en un status quo de nuestras acciones o mirar solo lo negativo. ¿Podemos tomar acción?, ¿Podemos aprender de esta incertidumbre?, ¿Se puede rescatar algo de esta situación?.
Mirar nuestro campo de acción es el primer paso y quizás donde podemos empezar a hacernos responsables.
Una vez más, estamos en una situación de punto de quiebre que nos invita reflexionar, tomar acción y formar parte de la solución o presionar para que algo distinto suceda, y eso solamente se logra realizando cosas diferentes. Preguntarnos. ¿Por qué hemos llegado a esta situación?,¿Cómo llegamos hasta este punto?, entender las cosas desde otra perspectiva para volver a empezar, antes que la situación se desborde o te desborde, asumiendo las consecuencias de seguir paralizados. En algunos casos, el mañana puede ser muy tarde y acompañado de un camino muy doloroso.
Trabajo con jóvenes todos los días, y estas últimas semanas no podía evadir tocar este tema en clase, por más que enseñe un tema muy distinto, sería muy irresponsable de mi parte seguir hablando de temas de comunicación, innovación y psicología positiva en un país que no tiene norte. Me decían, Profe: ¿Todo es corrupción?. Mi respuesta inmediata era NO, y desde jóvenes acostúmbrense a levantar su voz cuando su estómago y conciencia les alerta que están viviendo algo injusto. Quizás fue una hora que “perdí” de clase de mi syllabus, pero fue una hora que permití que los jóvenes pongan sobre la mesa y de forma sincera su voz y escucharlos.
Mi provocación contigo es la siguiente, nuestro rol como padres, jefes, líderes de una asociación, hermano mayor o con tus patas del barrio, no podemos hablar de estos temas tan a la ligera, sobre todo con jóvenes y niños. Tenemos que dar el mensaje que esto no es normal, que como los dos ejemplos citados al inicio del post, existen Peruanos bondadosos y personas de origen muy humilde que quieren darle alegrías a su país. Que todo acto tiene una consecuencia, sea positivo o negativo y que uno siempre debe responder por lo que hace. No permitamos que crezcan con miedos que nosotros no educamos, sino con miedos que son alimentados por personas que no nos representan y que no están pensando en el país. Que el niño o joven te vea como fuente de respuestas a sus preguntas y decepción frente a lo que sucede. Que su núcleo familiar sea el espacio para SER y no para ESTAR.
Quizás, debemos empezar a ser menos políticos, y más sincero con nuestros valores, convicciones y propósitos e intolerantes si algo o alguien va en contra de eso. Tampoco levantemos la bandera de la revolución y antisistema, porque vivimos en una sociedad con una escala de valores que todavía compartimos y que debemos potenciar ahora con más fuerza. Valores que formamos desde niños y que hoy debemos inculcar en los jóvenes y niños como su soporte principal para que tomen sus decisiones y construyan el futuro que desean.
Si afrontamos tempranamente las “piedras” de la vida, peleando nuestras batallas que nos incomodan en lugar de esquivarlas; comprenderemos que a veces se gana o se pierde, pero sin cambiar nuestra esencia o negociar nuestra libertad; veamos esta incertidumbre como una experiencia que nos repotenciará, aceptando la ambigüedad y el cambio como una oportunidad de crecimiento.
Que los héroes sin capa, se multipliquen, actúen y hablen más, mucho tiempo más. ¡No seamos cómplices quedándonos en silencio, sino nos dolerá haber corrido en nuestras vidas para no llegar. Aprendamos a valorar y cuidar a aquello que si tenemos y nunca lo que nos falta.