AUTOGOLES EN EL TRABAJO

Talentsmart, reconocida consultora con sede en California elaboró una investigación a más de un millón de personas y descubrió que aquellos que reúnen ciertas características son más agradables en el trabajo, sino que también sobresalen de aquellos que no lo son (y por mucho). Las características estaban relacionadas a ser Sinceros, Transparentes y Empáticos. También detallan los hábitos que hacen que seas menos agradable. Dicho de otra manera, los autogoles que hacemos en nuestro desarrollo, que será el foco del presente post.
En mi experiencia he visto muchas personas que creen que “ser agradable” corresponde a suerte, cuando en realidad el serlo está bajo el control de uno y se llama Inteligencia emocional, y el desarrollarlo involucra interés por cambiar, sinceramiento y mucho “estómago” porqué el camino no será fácil. En un primer momento agradecer el feedback que evitarás escuchar, pues no es fácil que nos digan: “caes mal al equipo, “el equipo se burla de tus acciones”, “el equipo planea estrategias por WhatsApp para evitar almorzar contigo”, “tus amigos se reúnen en after office con la mística compartida que no serás invitado”, “Te obedecen por temor, pero no por ejemplo”.
Más triste es saber cuándo las personas son conscientes que no son agradables y no hacen el mínimo intento por cambiar, justificándose en respuestas “tranquilizadoras” como: “A mí me pagan por trabajar, no por caer bien”, “Yo soy así y no voy a cambiar”, respuestas que calman su ansiedad y estrés frente a la crítica, pero no cambia la realidad. Actitud que entiendo, dado que son personas con poca capacidad de autocrítica, romper el cascaron de defensa es doloroso y se hace de a pocos .»No tengas miedo de los cambios lentos, solo ten miedo de permanecer inmóvil», es necesario los cambios porque trabajas dentro de un sistema con interacciones y acciones, tus acciones tienen repercusión en el clima del equipo, cumplimiento de resultados, en el desarrollo de equipo. “Las personas sólo cambiamos de verdad cuando nos damos cuenta de las consecuencias de no hacerlo».
TENER MENTE CERRADA
Tener la apertura mental para que nos vean accesibles e interesantes, el saber que la puerta no está totalmente cerrada cuando se conversa con nosotros. Esto está relacionado a cambiar nuestro modelo de observador, nuestros mapas mentales, taras y aprender a ver la vida a través de los ojos de demás. Esto no significa que aceptes y estés de acuerdo con las opiniones de tus compañeros, sino en liberarte de tus prejuicios y entiendas el comportamiento de determinadas personas. Las personas nos conocen más cuando conversamos de temas no relacionados al trabajo, conversaciones que se dan en reuniones fueras de la oficina que por el momento no estamos siendo invitado porqué probablemente no hay la libertad de poder hablar de “todo” sin escuchar un comentario tajante o cortante de tu parte. En estas conversaciones se tiene que tener el cuidado de saber hasta cuándo y dónde la otra persona se quiera abrir. No intentemos conocer y que nos conozcan en tan poco tiempo.
ESCUCHA PARA ENTENDER NO PARA RESPONDER
Dios nos dio 2 orejas y 1 boca, escuchemos más y hablemos menos. Cometemos el error de estar atentos a los comentarios de nuestras apreciaciones para ver si eso nos afectará y poder refutar opiniones contrarias. Se pierde el verdadero valor de la conversación. Esta actitud se puede mejorar simplemente preguntando, entender como una pregunta abierta y exploradora podría abrir nuevas conversaciones. ¿Me gustaría entender a qué te refieres cuando dices…?. “No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que si es necesario es pensar todo lo que se dice”.
Todas las personas quieren contar su historia. Entender y respetar su momento y espacio es importante. Culturalmente, queremos contar nuestra interrumpiendo la de otra persona para demostrar que la nuestra fue más interesante, acompañado con el clásico: “Eso no es nada, lo que me paso a mí fue mejor o peor”. La verdad es que nadie nos pidió nuestra opinión o que califiquemos la historia de otra persona, solo quieren sentirse escuchados y entendidos.
SER DEMASIADO SERIO
“Hey, ¿Con qué cara está el jefe?, pregunta muy usada para saber si está de buen humor o no, si es momento de conversar o no. Es cierto que el tiempo y exigencia del cumplimiento de metas nos lleva a estar absorbidos en el trabajo, y tener tiempo reducido para cosas que etiquetamos poco “interesantes”. Existen personas que usan su expresión facial durante 8 horas para evitar ser molestados, consultados e interrogados. Entender que el balance es importante, que el divertirse forma parte de pertenecer al grupo, la manada, y el lograr interacciones importantes con los compañeros forman parte de la jornada laboral. El tiempo no es excusa, es poder equilibrar la cantidad versus cantidad. “No existe falta de tiempo, existe falta de interés”, una persona no interesada en formar parte del equipo no es agradable ni considerada. Después de nuestras acciones equivocadas nos damos cuenta, y nos preguntamos en esos momentos de soledad: ¿Por qué no comentaron lo que querían hacer” ¿Por qué no me consideraron esta vez?
El estudio menciona otros factores que nos hacen poco agradables: Presumir lo humilde que eres, checar tu celular mientras conversas, hacerte el conocedor de gente y chismear. Considero que al formar parte de un grupo sistémico, debemos darnos la oportunidad y sobretodo el PERMISO DE SER HUMANOS.
PERMISO PARA SER HUMANOS.
El sistema nos ha enseñado que “Nada sustituye al trabajo duro” y “Cuanto más trabajo, más éxito tengo”, hoy sabemos por las nuevas generaciones o los ejecutivos de 35 a 45 años que dieron el 100% al trabajo, que la felicidad no es el éxito alcanzado, sino solo el inicio. Las personas que se dan el permiso de ser humanos, no aspiran ser perfectos, pero si son conscientes de su realidad con las fortalezas y las oportunidades de mejoramiento involucradas. Abrazan esa realidad y comienzan a construir con optimismo, entendiendo que “Nosotros primero hacemos nuestros hábitos, luego ellos nos hacen a nosotros”